Ansiedad por el colegio

Cómo afrontar la ansiedad escolar

Cuando los niños no pueden ir a la escuela, a menudo se debe a una ansiedad o fobia extrema. Esto se conoce a veces como «rechazo a la escuela». El término «rechazo a la escuela» hace que parezca que el niño tiene elección, pero la ansiedad suele ser tan grave que le resulta imposible afrontarla.

Los psicólogos educativos ofrecen apoyo a los colegios para ayudarles a satisfacer las necesidades de los niños y jóvenes. Si su hijo no puede asistir a la escuela, ésta se encarga de organizar el apoyo del equipo de PE.

Es natural que se preocupe si su caso se remite a un LAAO, pero ellos pueden trabajar en colaboración con usted y la escuela. Pueden hacer sugerencias como que te quedes con tu hijo hasta que se haya adaptado a la clase.

El equipo de Apoyo Educativo para Ausencias Médicas (ESMA) apoya a los alumnos que han tenido, o esperan tener, un tiempo significativo de ausencia de la escuela debido a una condición de salud física o mental. Su objetivo es ayudar a los niños a continuar su educación en función de sus necesidades y trabajar para que vuelvan a la vida escolar.

Ansiedad en la escuela primaria

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La ansiedad de la vuelta al cole es normal y comprensible. Muchos niños pueden sentirse ansiosos por volver a la escuela después de un largo descanso estival. Otros pueden sentirse nerviosos por empezar la escuela por primera vez.

Algunas preocupaciones de los niños tienen su origen en el miedo a lo desconocido, especialmente si van a estar en un nuevo edificio o en un nuevo distrito escolar. También pueden estar preocupados por hacer amigos o por la carga de trabajo y por si tienen o no las habilidades necesarias para tener éxito.

Puede que les preocupe todo, desde llevar máscaras y no estar vacunados hasta preguntarse si seguirán teniendo los mismos amigos después de estar tanto tiempo fuera. También pueden sentirse inseguros sobre cómo será la escuela ahora y si sabrán o no orientarse.

Ansiedad en la escuela secundaria

Un año de aprendizaje a distancia ha pasado factura emocional, mental y de desarrollo. Muchos niños se han retrasado en sus estudios, se han perdido grandes hitos y han sufrido la falta de interacción con sus compañeros, que ayuda a desarrollar habilidades sociales cruciales.

«Aunque el aprendizaje en persona suele ser mejor para su salud física y mental en general, puede llevarles un tiempo volver a adaptarse. Los niños son resistentes, pero también tienen emociones sin la madurez necesaria para procesar esas emociones de forma saludable.»

«Cerrar con frecuencia puede ser duro desde el punto de vista emocional: los niños pueden estar en la escuela un día haciéndolo muy bien y luego estar fuera durante 10 días por una cuarentena», dice el Dr. Monk. «Los niños se estresan por retrasarse en las tareas de clase y no poder seguir el ritmo».

Esté atento a los signos de depresión: Los niños pueden volverse retraídos, desarrollar trastornos alimenticios o ansiedad en torno a la comida, y su estrés podría manifestarse en dolores abdominales u otros dolores físicos. Los niños que han sufrido ciberacoso durante el aprendizaje virtual, especialmente, sufrirán tensión emocional en entornos sociales.

Test de ansiedad escolar

Christine Grové es miembro del College of Educational and Developmental Psychologists, de la Australian Psychological Society y de la American Psychological Association.

Kelly-Ann Allen es la directora principal de la Global Belonging Collaborative, miembro de la Australian Psychological Society y del College of Educational and Developmental Psychologists. Es miembro de la Asociación de Escuelas de Educación Positiva (PESA), de Early Childhood Intervention Australia (ECIA VIC/TAS), de la Asociación Internacional de Psicología Positiva (IPPA), de la Asociación para la Ciencia Psicológica, de la Sociedad para el Estudio de la Psicología Escolar (SPRCC), de la Sociedad de Psicólogos Sociales de Australasia (SASP) y de la Sociedad de Personalidad y Psicología Social (SPSP).

Lo primero que hay que hacer es hablar con tu hijo para saber si hay algo en el colegio que le impida ir. A continuación, hable con sus profesores: explíqueles los motivos por los que su hijo no quiere ir, por ejemplo, acoso escolar, dificultades de aprendizaje o problemas de salud mental. Hable de cómo le afecta a su hijo. Puedes preguntar en el centro escolar qué estrategias están utilizando o cuáles podrían recomendar.